Aunque la industria del calzado cada vez juega más con los conceptos de diseño y confort, no resulta nada fácil encontrar un zapato bonito y cómodo a la vez. Muchas veces nos dejamos llevar por las modas, por los estilizados tacones y sufrimos las consecuencias.

Si no utilizamos un calzado adecuado en nuestra vida diaria, pueden aparecen distintas afecciones como juanetes, callos, dedos martillo...

Un calzado cómodo debe contar con materiales de calidad entre sus componentes. Sobre todo debemos fijarnos en los materiales de la suela, que deberán ser de una goma que ejerza una correcta sujeción para asegurar mejor el paso, y el material del interior, preferiblemente de piel, para que no se produzca sudoración y el pie se mantenga fresco, cuidado y cómodo mientras lo estés usando.

El material exterior en cambio puede estar compuesto por otros muchos materiales, no tienen por qué ser expresamente de piel, pero si se trata de un tejido de calidad, también nos aseguraremos de que su aspecto se mantendrá como el primer día mucho más tiempo.